Todo el mundo lo veía venir… menos Kanye West. Bueno, Ye, como él prefiere que lo llamemos ahora. Pero sí, ya es oficial: Bianca Censori lo ha dejado. Después de meses de polémicas, comportamientos erráticos y momentos virales, el productor, rapero y diseñador ha confirmado lo que muchos sospechaban.
La historia entre Kanye y Bianca ha sido cualquier cosa menos tranquila. ¿Quién no recuerda la alfombra roja de los Grammy 2025? Sí, esa en la que Bianca apareció prácticamente desnuda mientras Ye la miraba como si todo estuviera bien. Las redes explotaron. La imagen dio la vuelta al mundo en cuestión de minutos y, desde entonces, los rumores de ruptura no pararon.
Poco después llegaron las especulaciones: que si Bianca estaba embarazada, que si habían roto, que si iban a volver… Pero nada estaba claro. Hasta que Kanye, como solo él sabe hacerlo, soltó toda la verdad a través de su nueva canción ‘BIANCA’, incluida en el álbum ‘WW3’.
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Y vaya letras.
«Mi bebé se escapó / Pero primero intentó internarme», rapea Ye, dejando claro que la cosa no terminó bien. «No fui al hospital porque no estoy enfermo, simplemente no lo entiendo». Así, sin filtros. Como siempre.
En la canción, Kanye confiesa que llegó a rastrear a Bianca con una app. También dice que su familia quería encerrarlo, y compara su situación con el escándalo entre Cassie Ventura y Diddy. De hecho, en su famosa entrevista con Akademiks, Ye aparece con una camiseta de Sean John, la marca de Diddy. Nada es casualidad.
Pero no todo es rabia y delirio. En otro verso, Kanye se muestra arrepentido:
«Bianca, solo quiero que regreses», dice sin rodeos. Mientras tanto, medios cercanos aseguran que ella aún sueña con formar una familia con él. ¿Será esa la salida del caos para Ye?
Y mientras esto pasa, en redes ya hay un nuevo temor flotando:
¿Le impedirán ver a sus hijos, los que tuvo con Kim Kardashian? Porque si algo está claro, es que en la vida de Ye todo el mundo parece ver el desastre venir antes que él mismo.
Una vez más, Kanye West no decepciona… ni para bien ni para mal. Y mientras él sigue improvisando entre el arte, la polémica y la locura, el mundo entero no puede dejar de mirar.