
Las flores de CBD son delicadas y requieren cuidados específicos para mantener su aroma, color y propiedades intactas. Guardarlas de forma inadecuada puede hacer que pierdan calidad rápidamente, y nadie quiere que su inversión se degrade antes de tiempo. Esta guía te explica cómo proteger tus cogollos de forma sencilla y efectiva.
Por qué la conservación es importante
Aunque no se utilicen de inmediato, las flores de CBD son sensibles al aire, la luz, la temperatura y la humedad. Una exposición incorrecta puede provocar que pierdan aroma, color y estructura, afectando sus características naturales. Por eso, entender cómo conservarlas correctamente es fundamental para mantenerlas en su mejor estado durante más tiempo.
El envase adecuado
El primer paso para conservarlas es elegir un buen envase. Los frascos de vidrio con cierre hermético son ideales, porque evitan que entre aire y no transfieren sabores ni olores. Evita el plástico y los envases transparentes: el plástico genera electricidad estática que puede dañar los tricomas (las pequeñas estructuras que contienen los compuestos naturales de la planta) y la luz directa degrada sus componentes.
Un consejo práctico es almacenar solo la cantidad que se va a manipular con frecuencia en frascos pequeños, manteniendo el resto en el envase principal cerrado. Esto reduce la entrada de aire y mantiene las flores frescas por más tiempo.
Temperatura y humedad: los factores clave
Las flores de CBD se conservan mejor en un entorno fresco, entre 15°C y 21°C. Evita radiadores, ventanas soleadas o espacios donde la temperatura fluctúe constantemente. Por otro lado, el frío extremo, como el del congelador, puede romper los tricomas y afectar la textura de las flores.
La humedad también juega un papel crucial. Mantener las flores en un rango de 55 a 62% de humedad relativa ayuda a preservar su textura y aroma. Una humedad demasiado baja hace que se vuelvan secas y quebradizas, mientras que un exceso puede generar moho. Los paquetes reguladores de humedad son muy útiles para mantener un ambiente estable dentro del frasco.
Luz y aire: cuidado silencioso
La luz y el aire son enemigos silenciosos de las flores de CBD. La luz directa degrada los compuestos naturales, y abrir los frascos con demasiada frecuencia permite que el aire entre y acelere la descomposición. Guardar los frascos en un lugar oscuro y abrirlos solo cuando sea necesario es la manera más eficaz de preservar su calidad.
Mantenimiento y observación
Antes de guardar las flores, asegúrate de que los frascos estén limpios y secos. Etiquetar los envases con la variedad y la fecha de almacenamiento ayuda a controlar su tiempo de conservación. Revisar periódicamente las flores es recomendable: cualquier cambio en olor, color o textura puede indicar que las condiciones de almacenamiento necesitan ajustarse.
Con estos cuidados, tus flores de CBD pueden mantenerse en excelente estado durante semanas o incluso meses, conservando todas sus características naturales. No se trata de uso ni consumo, sino de proteger y mantener un producto delicado en las mejores condiciones posibles.